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No selecciones – Artículo

Jesús vino al mundo a enseñarnos como debemos vivir y lo demostro durante toda su permanencia aqui en la tierra aprovechando cada oportunidad para explicarnos de que se trata el reino de Dios y como debemos ser. Hoy queremos invitarte a leer este artículo acerca de los personas, amigos y como poder mostrarnos como Jesús lo haría en cada situación. Esperamos que te sea de gran ayuda:

También dijo Jesús al que lo había invitado: — Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos; no sea que ellos, a su vez, te inviten y así seas recompensado. Más bien, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los inválidos, a los cojos y a los ciegos. Entonces serás dichoso, pues aunque ellos no tienen con qué recompensarte, serás recompensado en la resurrección de los justos. Lucas 14.12–14

«No te juntes con gente que no te sume…» siempre me advertía mi madre, y probablemente a ti también la tuya. Así que, mientras íbamos creciendo resultó que aprendimos a «seleccionar» con quién estar y con quién no estar. Esa selección artificial resultó en la crueldad de la evolución social mientras crecíamos. Si tuviste suerte al crecer, entonces tú fuiste el que elegía (en el colegio) y la gente se sentía contenta con formar parte de tu grupo; si fuiste como yo, debiste hacer toda clase de malabares para lograr pertenecer al grupo… de los «freaks». El «no te juntes con gente que no te sume…» nos pasó una muy mala jugada a muchos… pero, ¿qué podíamos hacer?

Este asunto de las relaciones ejercía tan fuerte presión cuando uno crecía que la forma en que los niños consiguen que otros se sientan mal es aplicándole la regla del hielo. La forma en que castigamos a los que cometen «crímenes» es aislándolos de la gente con quienes comparten, los reducimos a la mínima expresión de humanidad, porque hemos sido creados para vivir en comunidad. Para cuando uno llega a adulto ya se sabe el juego, y lamentablemente tengo que advertírtelo aunque te duela: la mayoría de los que se quedan con nosotros lo hacen por conveniencia. Y mira si la «evolución social» es cierta (¡jejejeje!) que ni nos damos cuenta, fíjate, fíjate.

Todos los amigos con lo que ahora probablemente cuentas es porque:

  • Comparten contigo una actividad que los une (religiosa, deportiva, educativa, recreativa, etc.
  • Posees algo que les atrae y que a ellos les gustaría tener, como quizás no consigan tenerlo la mejor forma de gozarlo es a través de ti.
  • Tienen algo que te atrae y que te gustaría tener, que disfrutas de ellos, como quizás no lo puedas poseer la mejor forma de tenerlo es a través de ellos.

Es por no perder a nuestros amigos, esos que tienen algo que nos gusta, queremos o apreciamos, que cometemos las más grandes locuras sociales, económicas y hasta políticas; es más: hasta religiosas. Y viceversa. ¿Por qué? Porque ellos nos suman; por lo menos eso es lo que creemos, y si los perdemos nos restan, así que nos atreveríamos a todo con el fin de lograr retenerlos. Esto es una locura. No te sugiero que ahora agarres el teléfono o tu correo electrónico y mandes a Siberia a todos tus amigos. Pero ¿qué tal si a partir de ahora no los eliges?, ¿qué tal si no buscas que alguien te sume… ni te reste?; ¿qué tal si dejas que… pase?; ¿qué tal si pasas más tiempo con gente con toda la apariencia de insignificante?

El propósito de esto es desintoxicarnos de vernos y ver a otros como cosas que, de alguna forma, te pueden sumar algo y que desecharás en el momento en que ya no te aporten. Deja de ver a otros y a ti mismo como objetos. Es obvio que resulta trabajoso desechar de forma tan rápida lo que ya hemos desarrollado como algo propio: «la selección natural de amigos» (gra¬cias, Darwin, por permitirme usar el nombre). Es cultivar la costumbre, de ahora en adelante, de invitar a otros a formar parte de tu vida si quieren y si les da la gana (es probable que ellos sí piensen que les aporta, pero ¿qué importa?), aunque no te aporten mucho o nada.

He oído cosas como: «No tengo dinero pero sí relaciones». He dicho cosas como: «No tengo mucho dinero pero sí amigos». Y si nuestros amigos nos oyen, es una declaración de lo que algunos de ellos significan para nosotros. Y si nuestros no-amigos, la gente a la que no le hemos permitido entrar a nuestro círculo nos escuchan, es una afirmación de lo poco que valen para nosotros, razón por la cual no pertenece a nuestro grupo cercano. ¡Qué disparate! ¡Creador de estrés, tensión y ansiedad! Manipulador de nuestras emociones y el objeto por el cual mucha veces manipulamos a otros. Deja que la gente entre y salga cuando quiera, que aparezca y desaparezca cuando se le antoje. Relax. Paz. No son objetos, son libres, y conténtate de verlos así.

«NO SELECCIONES A TUS AMIGOS». El primer golpe bajo a una de las costumbres más antiguas y despiadadas del mundo: «AMIGOS COMO OBJETOS, RELACIONES QUE TE SUMAN (dinero, propiedades, entrar a cierta elite de la sociedad, conseguir tu licencia de con¬ducir sin pasar por el proceso, comer gratis en McDonalds, etc.), DESECHAR A QUIENES TE RESTAN, PRESTARLE MÁS ATENCIÓN A LOS QUE TIENEN LO QUE NO TIENES». ¡Maldito Mundo y sus malditas costumbres!

Fuente- Desarrollo Cristiano

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