Lee esta reflexión que nos comparte nuestro colaborador Julio Cruz acerca de los hábitos que como seguidores de Cristo debes practicar cada día. Utiliza este recurso para complementar una enseñanza acerca del tema o puedes compartirlo con los chicos y chicas del grupo.
“El hábito no hace al monje. ¿Lo has escuchado? Bueno, pues déjame decirte que, un buen hábito (ropa) no convierte a alguien en buen líder; pero un buen hábito (acción) sí te impulsará al nivel de liderazgo que pretendas alcanzar.
Iré compartiéndote algunos hábitos que sería bueno desarrollaras; ya que, sin duda alguna, te serán de gran utilidad para el ministerio que Dios te ha dado. Empecemos con el primero.
Hábito 1: Intimidad Con Dios
A la mañana siguiente, antes del amanecer, Jesús se levantó y fue a un lugar aislado para orar. (Mr 1:35)
Lo aceptes o no, es el hábito más predicado, pero el menos practicado por los que somos líderes. Y es que muchas veces damos por sentado que ‘servir a Dios’ es igual a intimidad con Él. ¡Error!
Debemos esforzarnos por formar el hábito de tener intimidad con el Señor, ya que esto nos tendrá siempre en el lugar correcto: a los pies de Jesús. Con los pensamientos correctos: los de Jesús. Con el sentir correcto: el del corazón de Dios. Y en la dirección correcta: en pos de Jesús.
No puedes olvidar el hecho de que, antes que cualquier otra cosa, estás llamado a tener una relación personal e íntima con Cristo. Tu propósito principal es intimar con Dios, por tanto tu prioridad debería ser esto.
Seamos realistas, la mayoría no ora ni lee su Biblia lo suficiente, y un hábito no se hace de la noche a la mañana. Se practica a diario y comenzando con algo pequeño para ir aumentando poco a poco. Es como el hábito de correr todos los días, no podrás intentar correr un kilómetro diario de la noche a la mañana, deberás ir poco a poco aumentando la distancia recorrida. Por tanto te recomiendo los siguientes pasos:
1) Coloca tu Biblia cerca de tu cama, para que al despertar lo primero que hagas sea, sentarte a la orilla de la cama y dar gracias a Dios por este día orando durante 5 minutos. Luego toma tu Biblia y comienza desde Génesis y lee durante 5 minutos.
2) Procura memorizar un versículo que te haya gustado de lo que leíste el día de hoy y reflexiona en ese versículo mientras continúas con tus labores.
3) La siguiente semana auméntale el tiempo de devocional. Si no puedes por la mañana por cuestiones de horario, aparta otro momento del día para repetir tu dosis de 5 minutos de oración y 5 minutos de lectura bíblica.
4) En el transcurso del día, no te olvides de platicar con el Señor. Así como acostumbras mandar un whats o mensaje, o twitear o facebukear, acostumbra mandar un saludo al Señor en cualquier momento del día.
Y bien, ¿qué estás esperando? A intimar con tu amado. Y haz de esto un precioso hábito.”
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