
Te invitamos a leer este interesante atículo acerca de la comunicación y relación que podemos construir entre ministerios de jóvenes de diferentes congregaciones. Escrito por Andrés Corrales.
Hace unos días tuve la experiencia de tener que viajar más de una hora en auto ya que un puente que comunicaba por encima de un río el lugar hacia donde iba con mi familia, había cedido ante las fuertes lluvias del año pasado.
Luego de ir por un camino alterno, fuimos a ver aquel sitio donde una vez estuvo este puente, tengo que reconocer que se miraba un paisaje bastante exótico, el río, las palmeras, y una hermosa playa que invitaba a darse un buen baño.
El único “pequeño” detalle es que miles de personas que necesitaban ese puente de manera diaria para realizar sus actividades básicas, estaban terriblemente incomunicados.
Siempre me ha llamado la atención el ver como los puentes cambian las vidas de comunidades, ciudades y hasta países, donde estos se colocan ya que se construyen para de alguna manera bregar con los accidentes geográficos y traer desarrollo a través de la conexión.
Trazando líneas alrededor de este pensamiento, llegó a mi corazón una preocupación al ver tantos ministerios juveniles ensimismados con ellos mismos, como si casi hasta de manera intencional hubiesen detonado los puentes que dan vía para que sus jóvenes se relacionen con otros ministerios.
Tres Detonantes comunes de puentes:
1. Autosuficiencia
Las causas en ocasiones pueden partir de creerse autosuficientes, de pensar que porque tenemos más ó menos nuestras necesidades resueltas, no necesitamos a otros grupos juveniles de nuestro entorno.
2. Miopía Bíblica
Otro de los factores que aquejan es el de padecer cierta miopía bíblica para no ver la riqueza que se encuentra en la comunión con otros ministerios juveniles que conforman la bastedad del Cuerpo de Cristo.
3. Accidentes en el pasado
Tal vez la causa más común por las que ministerios juveniles pierden relacionamiento con otros son los accidentes en el pasado, jóvenes que erróneamente pensamos que eran nuestros y fueron a parar a otro redil, ó por disgustos que padecimos en el pasado con algún otro colega.
No importa cual haya sido el factor si es alguno que nombro acá u otro que guardas en el corazón y que te hace crujir un tanto los dientes.
Lo trascendental acá es la necesidad que tienen nuestros jóvenes de vivir al máximo la plenitud del Cuerpo de Cristo, de la urgencia que tenemos de tender puentes y exponernos a un relacionamiento más franco con otros ministerios juveniles para que crezcan de manera integral disfrutando de la unidad que debería ofrecerles su ministerio juvenil con jóvenes de otros sitios.
Tampoco se nos puede olvidar que los puentes traen desarrollo y crecimiento, Jesús enseño que cuando el mundo nos viera más como una comunidad que se ama (y no simplemente que políticamente se tolera) entonces creerá.
La unidad basada en el amor que surge del contacto tiene un efecto sin duda sinérgico de crecimiento, cuando nos enlazamos con otros ministerios juveniles para compartir y para servir en nuestras comunidades, la proclamación del Evangelio cobra sentido ante los ojos de los jóvenes que se pierden, al punto que estos puentes que construimos terminan sirviéndoles también para que crucen ellos a una nueva vida con Jesús.
Por último reflexiona que el primer puente que la humanidad necesitó, lo proveyó el Padre y que este tuvo forma de cruz. Si quieres correr tras una tendencia, que lo sea tras una tendencia eterna como la que propuso el Cielo.
Generar conexión para tus jóvenes es generar comunión y crecimiento para el avance del Reino de Dios en la tierra.
Algunos consejos:
1. Toma la iniciativa, no esperes a que sean otros líderes los que se acerquen para ofrecerte su amistad, hazlo tú primero.
2. No te concentres en lo que te separa del otro, más bien piensa en todo lo que les une.
3. Recuerda que unanimidad no es lo mismo que uniformidad.
4. Antes de hacer cualquier evento juntos que involucre a sus jóvenes, saquen tiempo para salir y conocerse mejor entre los líderes.
5. Acércate de uno a uno, no trates de comenzar tratando de unificar a todos los líderes de tu ciudad, recuerda que el muro que Nehemías construyó se edificó ladrillo a ladrillo.
Fuente | Especialidades Juveniles
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