Lo que montamos al Internet nunca se borra, miles de personas se han arrepentido de ese comentario que hicieron hace tanto años, o de la foto que montaron que ya no refleja su personalidad pero está ahí.
Lo que montamos en nuestras redes sociales se ha convertido en un arma de doble filo. En algunos caso mostramos lo bien que nos sentimos, pero en otros cosas que no pensamos muy bien que a la larga traerán consecuencias no tan buenas, y en algunos casos muy malas para nosotros.
Antes lo que hacíamos solo era visto por lo más allegados, hoy tanto los triunfos como los fracasos son vistos por miles con acceso a Internet.
Como adolescentes tengamos cuidado, lo que hagas hoy tendrá efecto en tu futuro, cuida lo que posteas.
Como padres, cuidemos a nuestros hijos. Veamos sus publicaciones y ante de juzgar la conducta preguntemos la causa.