Un informe de Niños en un mundo digital publicado por Unicef en 2017 destacó que los jóvenes de 15 a 24 años son el grupo más conectado; y que los niños y adolescentes menores de 18 años representan aproximadamente uno de cada tres usuarios de Internet en todo el mundo.
En el nivel local, el informe “Chicos conectados” de esta misma organización, indicaba que 8 de cada 10 adolescentes conectados son usuarios habituales de Whatsapp y 96 de cada 100, de redes sociales. El informe “Los jóvenes y los consumos culturales” (SINCA, 2017) reveló que los intercambios en redes sociales constituyen la principal actividad para el 75% de los jóvenes.
Los datos podrán estar más o menos actualizados o alineados, pero no hacen más que confirmar una percepción generalizada: para niños y adolescentes, “estar conectados” es sinónimo de socializar o divertirse. El uso de Internet para fines educativos no constituye la motivación principal ni la inclinación espontánea.

Por otra parte la razón por la que los niños y adolescentes iban contentos a la escuela no era por el estudio, era por las conexiones de amistad, el estudio estaba intrínseco en esta interacción, pero al quitar la interacción y aumentar el estudio la situación se vuelve un poco complicada para todos, desde los docentes, padres y sobretodo los adolescentes.
En el siguiente video veamos cuales diferencia entre la educación e-learning que ya lleva años haciéndose y el intento apresurado de salvar el año escolar desde casa.
