Te invitamos a leer esta reflexión que nos comparte especialidades juveniles. Nos da varios consejos que podemos aplicar en nuestro liderazgo juvenil, mira de que se trata:
Una noche, al abrigo de la oscuridad, un hombre se acerca a Jesús. Ostenta un importante cargo en las altas esferas de la política judía y es miembro del influyente grupo religioso de los fariseos. Muchos oídos en Jerusalén prestan atención a las palabras de este anciano.
En medio de una apasionante conversación, ante el desconocimiento que muestra este líder sobre el nuevo nacimiento, Jesús le pregunta: ¿Eres tú maestro de Israel y no sabes esto? Una pregunta sencilla, directa y reveladora.
¿Somos nosotros pastores, líderes juveniles o maestros de Biblia sin la formación apropiada? ¿De quién aprendemos? ¿Conocemos aquello de lo que hablamos? Si no estamos formados, ¿No nos convierte eso en ciegos guiando a otros ciegos?
Jesús dirá al anciano Nicodemo: “Lo que sabemos hablamos y lo que hemos visto, testificamos” y a continuación él mismo testificará sobre el corazón y la voluntad de Dios con algunas de sus palabras más famosas (Jn. 3:10-21)
¿Qué sabemos nosotros? ¿Qué testificamos? ¿Cómo podemos liderar a otros sin estar totalmente comprometidos con nuestra propia formación y crecimiento? Sinceramente, no es posible. Y también en esto Jesús nos dejó un camino del que aprender y seguir sus pasos. Él se formó, era un hombre comprometido con su desarrollo y crecimiento.
En Lucas 2:41-50 encontramos una maravillosa escena que nos ofrece 3 claves fundamentales sobre la formación de Jesús:
Jesús escuchaba. Él buscaba a aquellos maestros que pudieran enseñarle. Le descubrimos sentado a sus doce años entre los doctores de la ley en Jerusalén, aprovechando el viaje de Pascua que su familia realizaba todos los años a la capital. Sentado, sin prisa, atendiendo a aquellos más aventajados y sabios de entre los doctores de la ley. Quiere aprender. Oír sus palabras, pensar en ellas, madurar sus conocimientos de la ley de Moisés, memorizarla. Y para ello, escucha.
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