En su charla “Neurociencia de las adicciones: una nueva perspectiva”, la neurocientífica Lucía Hipólito explica cómo, desde el cerebro, las adicciones no son simplemente una falta de voluntad, sino una enfermedad que afecta los mecanismos de recompensa y decisión. Aunque sabemos que ciertas conductas o sustancias son dañinas, el cerebro puede quedar atrapado en patrones que nos llevan a repetirlas. Hipólito subraya la necesidad de que la sociedad y la política reconozcan las adicciones como una enfermedad y ofrezcan tratamientos adecuados y dignos para quienes las sufren.
Este enfoque invita a los líderes juveniles a comprender que los jóvenes que enfrentan adicciones necesitan más que juicios: requieren acompañamiento, empatía y espacios seguros para sanar.
Si quieres utilizar este tema para una reunión te recomiendo estos dos pasos.
✝️ Base bíblica sugerida
- Romanos 7:19-20: “Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.” → Este pasaje refleja la lucha interna que muchos jóvenes experimentan, mostrando que la batalla contra la adicción no es solo de voluntad, sino espiritual y humana.
- Juan 8:36: “Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.” → La verdadera libertad no proviene únicamente de tratamientos humanos, sino de la obra transformadora de Cristo.
💬 Preguntas generadoras de conversación
- ¿Cómo cambia nuestra perspectiva sobre los jóvenes con adicciones al entenderlas como una enfermedad y no solo como un “mal hábito”?
- ¿Qué papel puede jugar la iglesia en ofrecer acompañamiento y esperanza a quienes luchan con estas realidades?
- ¿Qué dinámicas o espacios seguros podemos crear en nuestros grupos juveniles para hablar de estos temas sin prejuicios?
- ¿Cómo podemos integrar la ciencia y la fe para ofrecer respuestas más completas a los desafíos de la juventud?
- ¿Qué significa para ti la libertad que Cristo ofrece en el contexto de las luchas personales?
