
Este video presenta cuatro pilares que todo líder juvenil cristiano debería cultivar para ejercer un ministerio que impacte de forma duradera. Más allá de técnicas o eventos, se trata de cualidades profundamente arraigadas en el carácter y en la visión espiritual.
Este enfoque redefine el liderazgo juvenil con una base bíblica y vivencial, resaltando cualidades que forman líderes con propósito eterno y cercanía genuina con los jóvenes.
1️⃣ Seguir a Jesús
Todo comienza con una relación íntima y obediente con Cristo. Un líder juvenil no guía desde su experiencia únicamente, sino desde el ejemplo vivo de quien sigue al Maestro cada día. Esta conexión es fuente de sabiduría, dirección y pasión.
2️⃣ Amar a las personas
El ministerio juvenil no se trata de gestionar multitudes, sino de cuidar corazones. Amar implica escuchar, servir, confrontar con gracia y acompañar procesos personales. El amor genuino transforma más que cualquier programa.
3️⃣ Ser enseñable
Un líder efectivo no lo sabe todo, pero está dispuesto a aprender. Esto implica humildad para recibir corrección, apertura al crecimiento y disposición a ser moldeado por la Palabra, por otros líderes y por las vivencias del ministerio.
4️⃣ Ser constante
La perseverancia distingue al líder de ocasión del líder de impacto. Ser constante en oración, en presencia, en acompañamiento y en carácter fortalece la confianza y da frutos a largo plazo, incluso cuando el proceso parece lento.
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