Ser creado a imagen de Dios implica que los seres humanos tienen una dignidad intrínseca y un propósito especial en el plan de Dios. Significa que tenemos la capacidad de relacionarnos con Dios, reflejar sus atributos y asumir una responsabilidad moral y vocacional en el mundo. Es importante destacar que esta enseñanza resalta la valoración y la importancia de cada ser humano, independientemente de sus características físicas, raciales o de género.
Tim y Annette nos comparten este nuevo capitulo del ministerio relacional.



