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¿Qué prefieres, ser inteligente o ser feliz?

¿Cuál es el peligro de las iniciativas a favor de la felicidad y el bienestar como forma de mejorar el aprendizaje? Que no tienen suficiente evidencia científica. En este vídeo, el psicólogo Edgar Cabanas revisa los riesgos de la posible infantilización y sobreprotección que implica la filosofía “medallas para todos” en la escuela.

En 2016, un estudio publicado en el British Journal of Psychology y que analizó 15.000 sujetos, concluyó que cuanta más inteligencia, menos satisfacción personal y socialización, lo que “promueve la reclusión”. Según los investigadores, los cerebros más listos que la media son una evolución: “cuanta más gente tenías a tu alrededor en el pleistoceno mejor debías ser para solucionar conflictos”. Tristemente, hay una contraparte, “los más listos se benefician menos de ese contacto social porque son más autónomos”, disfrutan menos de interactuar con los demás.

Empresario analizando el informe financiero de la empresa con gráficos de realidad aumentada. Foto Premium

¿Se puede ser inteligente y feliz?
Antes de contestar a la pregunta, hay que definir de manera más precisa qué debemos entender por “inteligencia”.

¿Qué eso de la inteligencia?
La manera “típica” de entender a la inteligencia está en franco desuso: el famoso “coeficiente intelectual” es un conjunto de parámetros muy limitados. No por ser diestro numéricamente o lingüísticamente, se es inteligente. La manera de entender la inteligencia ha cambiado mucho en los últimos años.
Una teoría que ha aportado aproximaciones interesantes a la inteligencia es la teoría de las Inteligencias múltiples de Howard Gardner: nadie es inteligente a secas, o tonto a secas; se es inteligente, dependiendo de para qué, y de condiciones genéticas y de estímulos del exterior (aprendizaje). Hay muchas maneras de ser “inteligente”:
Lingüístico-Verbal, la capacidad de manejar y crear lenguajes escritos y orales.

Entonces?
Entonces, contestando a la pregunta, las personas inteligentes pueden ser felices, y es más fácil cuando su inteligencia descansa en la emocional (combinación entre la inter y la intrapersonal). Durante mucho tiempo pensamos que la emoción es el gran impedimento para ser feliz, y lo es, si no las entrenamos, las ejercitamos, las encausamos a hacernos sentir felices.

La felicidad está íntimamente relacionada con la inteligencia emocional, y es la que debemos procurar desarrollar para ser más felices.

Ser inteligente emocionalmente significa que uno tiene una predisposición y que tiene uno la práctica (aprendizaje) para lograrlo, pero no significa forzosamente que uno sea feliz. Además de la inteligencia, que ayuda, se necesitan circunstancias, se necesita voluntad. A algunos seres humanos, dado su niveles de desarrollo de la inteligencia emocional, les será más fácil que a otros.

Paralideres.
Author: Paralideres.

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